Desde el año pasado y este 2018, mucho se ha hablado sobre el cambio en las situaciones laborales en todo el mundo. La forma tradicional de conseguir trabajo, bajo los procesos de entrevista o las grandes prestaciones que tenían varias compañías, que hoy, ya no ocurren de ese modo, ha cambiado tanto que lejos de dar certeza a la gente, han causado más confusión. Toda esta nube de incertidumbre se ha traducido en una gran bola de nieve que genera preguntas sin respuestas a muchos caminos que tengan claridad.
En la industria del entretenimiento, siempre existe la enorme duda que está cultivada desde generaciones atrás que es, “¿de qué vas a comer como músico?”. Al menos sabemos con tranquilidad que sí existen miles de artistas en el mundo que viven de hacer lo que más aman en la vida, pero las oportunidades son contadas y no todos tienen la grata experiencia de hacerlo. No existen vacantes en las disqueras que de manera obvia digan, “se solicita nueva canción con 3:40 minutos de duración y de un joven originario de la Ciudad de México que sepa tocar la guitarra para meterlo ya a la radio”. Las reglas de cómo triunfar nunca aplican igual para dos artistas, por más similares que sean, así como la constante transformación que ha tenido la maquinaria de la industria musical en estos últimos años.
Destacar pareciese ya la forma más fácil de hacerlo: pones unos posts en Facebook, subes tu música a YouTube (esperando que te vea Usher y te jale a ser famoso), subes una sesión a Soundcloud, avientas unos tuits o compartes un photoshoot tuyo en los alrededores de tu colonia dentro del Instagram y, ¡bam! Ya eres toda una estrella. No aplica, no funciona, ni será la fórmula de todos.
¿Cuántos éxitos no conocen que de pronto salieron de la nada? De pronto como ves que uno logró un modo, todos intentan sin cesar llegar a ese mismo camino con la cansada tarea de repetir el patrón para ver si logran colarse. A veces, en muy contadas ocasiones, hay quienes logran que ese molde permita a algunos cuantos más ser estrellas, pero el primero en lograrlo, siempre es el más vitoreado por el público.
Promocionarte en esta era es una de las cosas más sencillas y poco valoradas. Todos tenemos acceso a las famosas redes sociales, donde no se nos cobra ni un solo centavo por usarlas (más que la renta del Internet, tu plan de datos y un smartphone), y que con la oportunidad de usar desde un dólar hasta la cantidad que desees, tu trabajo pueda llegar a miles de personas en el mundo (literal, donde quieras). Vale la pena que exploremos todo este apartado en otra entrada.
Todos somos grandes artistas en nuestras habitaciones, estudios, entre los amigos. Nuestro círculo más cercano siempre nos va a apoyar, y eso nos hace creer y enfocarnos en nuestra meta hacia la fama, pero, ¿por qué no llueven conciertos u oportunidades para que toquemos de manera seguida? Si hacemos grandiosa música, si somos muy virtuosos, somos los mejores, ¿qué nos hace falta?
PROMOCIÓN
La música es una de las grandes disciplinas en el mundo que requieren de ser probadas por el público. Se siente, se baile, se canta, se escucha. Como cuando uno de tus mejores amigos te dice, “¿ya escuchaste esta canción?”, lograr esa influencia en la gente, es promocionar tu trabajo, que es lo que tantas horas te lleva dentro del estudio.
La gente cree que la promoción es un tema muy profesional y costoso. Sí, existen miles de personas y agencias en el mundo que su día a día es trabajar en un plan de promoción para los artistas, sobre todo en la música. Consiste en hacer que la música, la imagen y la experiencia de tener al artista frente al público, exista. ¿De qué manera?
- Entrevistas en televisión, radio, prensa escrita, digital
- Shows gratuitos (que ahora desmenuzo)
- Firmas de autógrafos
- Actividades fuera de lo común (pintar un mural, invitar a 100 fans a escuchar un disco en el bosque)
Las presentaciones gratuitas para dar a conocer tu trabajo es una de las prácticas más utilizadas en la industria discográfica desde sus inicios. Dar estas oportunidades hace que la gente se pueda acercar y entender de qué va un proyecto que a pesar de haber sido hoy escuchado en YouTube o Spotify, saber si cuando se expresa en vivo, hay similitud con el trabajo hecho en un estudio.
En el mundo de los DJ, que es uno de los que más conozco por los años que me he desenvuelto, existen un sinnúmero de momentos donde puedes tocar gratis como:
- Abrir el show de algún artista
- Tocar una noche en un club, bar, restaurante
- Tocar en programas de radio
- Tocar en televisión
- Transmitir tus sesiones a través de las redes sociales (gracias a Dios por el Facebook Live, Instagram Live, y todos los Live)
Todas estas actividades, en su mayoría, son sin paga. Es muy complicado que te paguen en un inicio de tu carrera la cantidad que tú esperarías. “Hey, pero yo quiero ganar lo que Maluma y ya volar en jet privado”, claro que lo puedes lograr, pero tienes que imprimir una gran cantidad de valor en el mercado al que estás apuntando. Este valor es la inmensa fuerza de experiencia que tiene que conocer la gente de ti. Cuanta más gente tenga sentimientos que se mueven por tu música, que aprecien tu talento, tu trabajo, mejor podrás ser remunerado. Si de un inicio sólo estás cazando el dinero, porque sabes que hay artistas que son multimillonarios, mejor ve a trabajar a una oficina donde te paguen un sueldo base de entrada. Esta industria tiene muchas mieles, pero también grandes sacrificios.
No digo que toda la vida tendrás que hacerlo, “por el amor al arte”, que pareciese que es la frase predilecta de muchas personas, pero hay que ceder mucho al principio, sin agotarse, sabiendo para qué lo haces, sin que abusen de tu talento, de tu persona, siempre leyendo lo que vas a tener que realizar de manera gratuita, para que después, una vez caminado el camino, tengas tablas para saber cuánto es lo que debes cobrar por tu trabajo.
Cuanta más experiencia y valor imprimas en tu carrera, mejor será tu vida.