En el verano de 2001 estaba navegando por lo que era mi primera computadora de escritorio dentro de la Internet. Aún no era de alta velocidad esta navegación pero las pocas herramientas que existían para descubrir música me llevaron a conocer de primera mano al vasto mundo del trance, un género que si bien tiene una fundación muy profunda en las escenas de Holanda, Bélgica, Alemania, Reino Unido, Rusia, en Latinoamérica la hemos hecho nuestra en cuanto a pasión y memorias.
Desde 1999, un joven DJ conocido como Tijs Verwest empezaba a hacer mucho ruido en los clubes y festivales de tamaño mediano en la creciente escena holandesa. Llamaba mucho la atención que alguien del Breda, Holanda, estuviese poniendo a todos de cabeza durante sus sesiones de trance, un género que a pesar de ser muy popular en la década de los noventa, aún se veía rezagado por las manos pesadas del house y techno. ¿Qué estaba haciendo tan especial al trance en su momento que miles lo empezaban a pedir cada vez más? Fue una combinación de factores como música, presencia en los escenarios, narrativas en las sesiones, la historia de cada DJ y sonidos llenos de melosidad. Bien decían que el trance holandés era de, “ensueño”, por sus cualidades oníricas y letras que iban directo al corazón. Cuando estos elementos que resuenan con la gente se combinan con alguien que sabe navegar las aguas como todo un experto en la materia, el éxito era más que inevitable para alguien como DJ Tiësto, a quien aún había que agregarle el título de la profesión antes del apodo para entender de qué iba su concepto.
Tiësto atravesó todo tipo de logros, desde ser uno de los jóvenes que llegaban al número 1 dentro de la famosa DJ Mag en Reino Unido, una votación que lleva ocurriendo desde 1997 y que estaban al frente personajes como Sasha, John Digweed, Carl Cox, Fatboy Slim, Sven Väth y los dos Paul que amaban esta escena de trance: Oakenfold y van Dyk. Mientras estos grandes pilares empezaban a marcar la línea por la cual entender lo que es un Top DJ para el mundo, muchos otros como Tiësto, Ferry Corsten o Armin van Buuren, un tanto más jóvenes, buscaban sin parar un espacio más grande para presentar sus propuestas. Los tres a su modo construyeron carreras que hoy vemos con mucho éxito y sobre todo, un vasto legado a la escena de los DJ. Lo de Tiësto sentó las bases en un formato que no se había visto antes y que sólo alguien como él podía reclamar ante el mundo: ser un DJ súper estrella.

Tiësto es uno de los nombres que puedes mencionar en casi cualquier parte del mundo y encontrar eco en la memoria de quienes lo escuchen. Su nombre ha trascendido más que su propia música y se ha vuelto un sinónimo de DJ para el inconsciente colectivo. Pensar en él no es sólo la persona que sube a los escenarios, es ahondarse en una extensa historia de logros musicales que lo han posicionado como uno de los más grandes en lo que hasta hoy se ha construido en la escena de los DJ. Dentro de esta extensa trayectoria que a la fecha sigue amasando una larga lista de logros como de pronto encontrar que en pleno 2018 consiguió entrar con fuerza a las listas de popularidad en la radio global con el track de, “Jackie Chan”, junto a Post Malone, pareciese imposible que Tiësto se supere de algún modo. ¿Cómo alguien que lo ha logrado virtualmente todo logra siempre encontrar un espacio donde aún entrar más arriba en el pensamiento colectivo? Como le dije en una entrevista que tuvimos ese mismo año, “eres como Los Simpsons, cuando alguien quiere hacer algo que piensan es nuevo, basta con ver que tú ya lo has hecho”, entre risas y reflexiones, confirmó que una de sus cualidades es siempre ver la curva por la que va a arrojar la bola. Ser una estrella como la que él representa, no sólo implica vivir los lujos y presentarse ante miles, sino corresponder su misión con el mundo en buscar algo que continúe impactando a los más posibles.
En 2008, Tiësto comenzó a separarse de una de las disqueras que ayudó a construir el gran legado que hoy conocemos, Black Hole Recordings, donde él tenía un sello cuyo título es, Magik Muzik. Aunque la historia pueda arrojar diferencias ideológicas con la casa discográfica y el personaje más Top que ha tenido el espectáculo de los DJ, la realidad es que la fatiga de siempre estar en una misma esfera agota a cualquiera. La innovación y búsqueda de autorrealización hacen que los individuos estén en constante movimiento para satisfacer a las emociones. Un mundo como la música necesita estar alimentado de inspiración constante y cuando no la hay, la fundación del mismo se ve alterada y poco estable. Esto hizo que una decisión como la de, “abandonar”, al mundo del trance, para Tiësto representara un cambio total en su vida, que muchos pronosticaban como un inminente fracaso y dar espaldarazo a sus miles de seguidores, pero la realidad una década después es encontrar a un Tiësto mucho más creativo, abierto y con un continuo éxito en los escenarios del mundo. La marca que se ha construido es más fuerte que nunca gracias a un gran equipo de trabajo detrás de su visión que continúa en evolución gracias a la curiosidad de cómo mantener la mejor experiencia de fiesta para el público.
La frase, “recordar es vivir”, funciona como una constante inyección a la memoria de miles de seguidores de Tiësto que recuerdan la época de sus publicaciones entre la década de 2000 a 2010 como un grato recuerdo en sus vidas. Muchos vivían una etapa similar a la de él, dada la cercanía de edad con el artista, así como muchos otros comenzábamos a adentrarnos al mundo de la música electrónica en esos años. En ambos casos, es la nostalgia y los buenos recuerdos que asociamos con nuestras propias experiencias de vida lo que nos conecta hacia estos pasajes musicales. El artista ha crecido junto con nosotros, en búsqueda de un crecimiento personal y profesional que sólo él conoce mejor que cualquiera. Así como nosotros hemos tomado nuestras propias decisiones, yo siempre esperaría que un artista de ese nivel continúe en el camino que mejor lo satisfaga para su desarrollo personal.
A esta vida sólo hemos de coincidir una vez, qué mejor que aprovecharla cada día como una nueva experiencia y recordar los días del pasado como las grandes historias que hemos vivido.
Trino Treviño – @trinodj