Si en 2019, a mediados, alguien me dijera, “Oye Trino, todos los shows, bares, conciertos, clubes, festivales van a tener que frenarse por todo un año, en todo el mundo”, pensarías que está loca la persona que te lo dice. ¿Cómo va a ser posible que se frente a todo el mundo al mismo tiempo? Pues lo logró, y esto fue por una razón más que obvia, que es un virus que nos enferma y lamentablemente, también mata.
Por siglos el ser humano ha desarrollado una gran cantidad de estudios y sistemas que nos eviten llegar a un punto como en el que estamos hoy, pero qué creen, henos aquí, una vez más. Un momento histórico sí, no de los que nos gustan, pero de los que inevitablemente nos llegan en algún punto porque si bien no está de más ahora que nos encanta ver patrones en todo, recalcar esto de, “las crisis en cuestión salud cada 100 años, igual nos pasó en 1920, en 1820”. Y más que darnos un viaje por estas similitudes, para mí me llama la atención siempre el mundo del entretenimiento, un espacio maravilloso.
Seguro recuerdan esta famosa frase que nos encanta recitar ante cualquier situación política que dice, “Al pueblo, pan y circo”. El origen de ésta viene del Siglo I, de un poeta romano llamado, Juvenal, que solía escribir material donde criticaba a los gobernantes en turno. Él exponía en un texto que publicó llamado, “Sátira X”, que los gobiernos en turno se dedicaban a regalar alimentos y entradas a las peleas, carreras o shows, para que la gente estuviera distraída de lo que ellos hacían mientras gobernaban. Lo que menos querían es el escrutinio público, y esto siempre ha funcionado para no preocuparnos por lo que está pasando. Imagínense desde hace cuánto este tipo de prácticas están documentadas y han perdurado, ¿por qué será? ¿Acaso será que de verdad no aprendemos a preocuparnos por lo que debería y nos gusta más la diversión? La respuesta no es de un sí o no, sino de muchas variantes.
Entre todo lo que ha pasado durante esta cuarentena, una de las áreas que más desarrollo ha tenido es la de los contenidos en línea. Dado que hoy virtualmente todos tenemos acceso a las plataformas como Facebook, Twitter, Instagram, YouTube, TikTok, o la que ustedes gusten pero se comparta contenido como tal, nuestro cerebro ha generado una necesidad aún mayor por diario ver algo nuevo o remixearlo, como me gusta a mí decirle. Le digo que es remix ya que una de las formas más fáciles de verlo, es como dentro de TikTok, yo hoy decido subir un video propio donde tal vez hago una hazaña que nadie había hecho, o me caigo y hago un grito “chistoso”, y de pronto todo mundo toda mi audio, mi video, le meten filtros, lo recrean, etc. Esta copia de la copia, de la copia, siguen siendo creaciones “originales” dentro de lo que cabe, porque cada quién está haciendo su versión de ella, y por ello, se vuelven un remix.
Es tanta nuestra frustración de no poder salir como tal al mundo, que nuestra mente encuentra caminos muy interesantes para la creación. Esto no es algo tan nuevo para muchas partes del mundo donde de pronto tienen meses muy fuertes en el invierno donde es casi imposible salir de casa y así nacen mentes tan provechosas dentro de la música. Uno de estos casos muy cercanos a mí es el del buen Tim Bergling, mejor conocido como Avicii, que en su época de adolescencia decidió aprovechar estos encierros forzados por fenómenos naturales, para así aprender más de producción y sacar música de todo tipo.
El encerrón global nos ha hecho a todos potenciales artistas en todos los rubros, ya que hemos sabido exprimir al máximo cada tipo de plataforma o aplicación para darnos la libertad de compartir esto al mundo. Y si bien, no hemos tenido oportunidad de salir al mundo y compartirnos los unos a los otros, la realidad es que nos hemos conectado más que nunca. Es así como nace y se afianza en nosotros una conexión muy única que es producto de una situación como la que atravesamos.
Hemos visto que los espectáculos en vivo están atravesando su peor momento, una industria tan lastimada como muchas otras, y su renacer será muy complicado dado la naturalidad del porqué de inicio fuimos encerrados y las implicaciones que tiene este tipo de virus al estar en contacto con mucha gente que no conocemos. Entre tanta información que corre por los medios de cómo algunos dueños de locales destinados a la vida nocturna hoy están pensando en transformarlos en lugares para habitar o simplemente darle espacio a un negocio de otra índole, dado que mantener un club cerrado por tantos meses no hace ningún sentido (ni siquiera para Ibiza, un lugar que estaba acostumbrado a vivir de las temporadas y hoy vio un cierre total de sus operaciones).
Sin duda los modelos que conocíamos se han transformado, y será difícil reajustar a que todo continúe igual como si se tratase de una pausa de la cual al momento de picar, “play”, todo regresara a ser igual, pero ya no es así. Muchas mentes creativas abandonaron compañías de producción por entrar a trabajar en otras áreas, quizá tendrán vuelta en su lugar de trabajo original, pero mientras se reajuste toda la balanza de la economía, muchos buscan sobrevivir, no importando mucho si se trataba de hacer la mejor obra de teatro o el mejor concierto, ya que las cuentas se continúan por pagar y los gastos corriente son importantes.
Esta es la parte que a mí más me desanima pero a su vez, me da mucho más espíritu en poder construir un futuro donde sabiendo que estos golpes nos llegan de vez en vez, podamos amortiguarlos con menos impacto. Nada me da más tristeza que saber cuando alguien tiene que abandonar su sueño por la necesidad, y esto, justo nos posiciona en la perspectiva de ser mucho más enfocados en darle más solidez a la industria del entretenimiento.
Al día que escribo esto, no existe como tal un día “clave” de cuándo todo esté en la “normalidad”, pero por ahora lo que sí tenemos es un sinnúmero de ofertas de entretenimiento en casa como nunca antes lo habíamos apreciado. Así como este texto mismo que puedo compartirles gracias a la era digital.
Somos creadores.
Trino Treviño – @trinodj